lunes, 26 de septiembre de 2016

DRAGON BALL MULTIVERSE NOVELA 19



Autor: Salagir, Gogeta JR, Asura.
Web: Dragon Ball Multiverse




Vegeta caminaba tranquilamente. Era evidente que Trunks del Futuro, el del universo 12, era mucho más fuerte que su hijo de su propio universo. Esto le mosqueaba un poco...

Llegó al espacio 12 cuando, en las postrimerías del combate, Trunks zurraba a Cooler para despacharlo. A-16, a su lado, no le había sacado ni un solo ojo de encima, al igual que a Vegeta del universo 13, nada lejos de ahí. Hubo silencio entre el hombre y la máquina. Ninguno de ellos era muy dicharachero, pero Vegeta rompió el silencio:

—Estás más en forma que en mi universo —dijo sarcásticamente, girándose y dando la espalda para apoyarse en el murito.

—Tú también —respondió simplemente el androide.

—Vegeta resopló. ¡Maldito robot! ¿Desde cuándo era tan hábil manejando la ironía? ¡Y, encima, con solo dos palabras! Su intención había sido molestarlo mentando su destrucción en el universo 18, pero Vegeta no recordaba que él mismo estaba muerto en el universo 12. Ese robot solo tuvo suerte de...

—¿Papá?





Trunks acababa de llegar. Estaba muy sorprendido de ver que su padre lo esperaba allí, delante de su espacio.

—Hola, Trunks.

—Ahm... hola —respondió simplemente su hijo, un poco tímido o avergonzado. Tenía tantas cosas que decirle y de repente se lo encontraba ahí, plantado. ¿Por dónde podía comenzar?

—Hacía mucho tiempo que no nos veíamos. ¿Cómo estás? —preguntó Vegeta, sinceramente interesado en su hijo.

—Ehm, bien... muy bien —respondió simplemente el semisaiyano con una sonrisa pero sin atreverse a mirar a su padre.

—¿Cómo está tu madre?

—¡Muy bien! Si lo hubiera sabido, le habría pedido que viniera. Le habría hecho mucha ilusión reencontrarse contigo...

—¿Dónde está tu novia?

—¿Qué? Ehm... cómo... lo...

Trunks se ruborizó.

—Trunks, en mi universo, no paras de salir con tus amiguitas. Sé que eres más maduro que mi hijo y, además, me han chivado que estás emparejado.

—¡Pero si no he dicho nada!

—Sí, me lo ha dicho Gohan.

Se ruborizó aún más:

—¡Imposible!

—Voy a serte sincero: te he mentido —dijo Vegeta sonriendo—. No me ha dicho nada, pero tú me lo has confesado.

Pequeño silencio por parte de un Trunks más avergonzado que antes. Vegeta se rió, sorprendiendo gratamente a su hijo, quien no lo había visto nunca reírse. Gracias a esto, perdió la vergüenza, sonrío y rompió a reír antes de decir:

—Ella está bien. Ya casi llevamos dos años juntos. Incluso hemos hablado de nuestro futuro y...

—Caramba... me parece que tengo más opciones de ser abuelo gracias a ti que no por parte de ese zoquete —dijo Vegeta mirando a su hijo en el espacio 18, quien aún charlaba con Goten. Sin lugar a dudas, ¡el hijo de Son Goku era una mala influencia para su hijo!

—He hablado antes con él. Las diferencias entre universos son impresionantes.

—Sí. Me he percatado de que sigues entrenándote, ¿verdad?

—Exacto. En casa, en mi tiempo, es decir, en vuestro futuro, pienso bastante a menudo en el segundo nivel que alcanzó Gohan en el combate contra Cell. Me entreno para ser capaz de llegar algún día.

—¿Lo has conseguido? —preguntó Vegeta muy interesado.

Trunks no respondió...

—Puedes decírmelo. No tenemos que enfrentarnos a Cell. No me cabrearé si eres más fuerte que yo. Ten en cuenta que llegué al segundo nivel hace veinte años.

—¿Enserio?

Vegeta sonrió. Trunks también. Su padre volvió a romper el silencio:

—Tengo que volver a mi espacio. Según parece, mi combate empezará pronto —dijo cuando vio que el ring ya estaba a punto de ser reconstruido en su totalidad.

—Hasta luego. Mucha suerte en tu combate, papá.

—No la necesito... Ese tipo es un patata...

Y se fue tal y como había llegado antes y dejando una sonrisa en los labios de Trunks. ¡Estaba muy contento de haberse reencontrado con su padre y tenía muchas ganas de volver a casa para explicárselo a su madre!

«¿Ese tipo? —pensó de repente Trunks—. Pero si es él mismo, ¿no?—. Trunks se dijo que aprendería más cosas sobre su padre en este combate. Además, después de ganar ese combate... en la segunda ronda... teniendo en cuenta los emparejamientos... ¡Sí! ¡En la segunda ronda lucharía contra su padre!»







Cuando Vegeta volvió al espacio 18, situó dos dedos en su barbilla y permaneció pensativo. Son Gohan y Trunks se le acercaron y fue el primero quien preguntó:

—¿Te aburre luchar contra tu padre?

Trunks, que por primera vez estaba más enterado que Son Gohan, se permitió el lujo de corregirle con una sonrisa:

—Es él mismo, no su padre.

—¿Ah, sí?

—¡Paso de él! —declaró abruptamente Vegeta—. ¡Intento calcular cuándo me enfrentaré a Goku!

Gohan se sorprendió de escuchar una vez más "Goku" de la boca de Vegeta, quien lo había llamado "Kakarotto" un montón de veces. Siempre le llamaba así cuando estaba cabreaba. Pero veinte años después, concretamente después de la batalla contra Bu, le empezó a llamar Son Goku. Todos se quedaron en estado de choque la primera vez que lo nombró de esa forma.

De hecho, Gohan recordaba que la primera vez fue en una fiestecilla entre los amigos para celebrar la victoria contra Majin Bu. En pleno festejo, todos dirigieron una mirada a Vegeta, quien se ruborizó. Hasta Bulma le preguntó si se había dado un golpe en la cabeza.

A partir de entonces, Vegeta se volvió más calmado y hasta más simpático. Pero para Gohan, Krilin y Piccolo, era un hecho insólito bizarro, ya que habían escuchado durante mucho tiempo llamarlo "Kakarotto".

—Ya está todo preparado —dijo el presentador—. ¡Que se preparen los luchadores!

Vegeta echó a volar enseguida. No le dio tiempo a calcular cuándo le tocaría luchar contra Son Goku. Daba igual: despacharía el combate en un abrir y cerrar de ojos y luego lo calcularía.







Ambos Vegeta llegaron al ring exactamente en el mismo instante, con los mismos movimientos y con los brazos cruzados delante del adversario. Vegeta del universo 18 analizó a su alter-ego. Llevaba una perilla que le restaba credibilidad. Y su ropa parecía un poco primitiva, demasiado simple y demasiado marrón. El último detalle es que el Rey Vegeta conservaba la cola característica de los Saiyanos.

—¿Qué has hecho con tu título? —dijo el rey señalándolo con un dedo.

—Sabes, de donde vengo no tengo nadie sobre quien reinar.

—¿Nadie?

El Rey Vegeta había escuchado decir que su gente había sido exterminada en otros universos. ¡Menudos enclenques!

«¿Qué les habrá pasado a estos? —se preguntaba.»

El rey decidió atacar aún sin dar por concluida la conversación, pues había un asunto que quería aclarar.

Atacando con sus puños, preguntó mientras Vegeta esquivaba sus golpes sin dificultad:

—¿Qué le ha pasado a tu gente?

—¿A mi gente? No lo sé.

—¿No tienes nadie sobre quien reinar? —pidió el rey barbudo mientras su adversario paraba un puñetazo.

—No reino, no... Simplemente, comparto mi vida. Y no con desconocidos, sino con alguien mejor. Se llama familia.

Vegeta del universo 18 golpeó con su puño derecho proyectando a su homólogo por los aires. Éste, se levantó, escupió un poco de sangre y empezó a blasfemar por lo bajini.

—¿Familia? ¡Cof! ¿El chaval que me insultó antes es tu hijo?

Blam. Vegeta del universo 18 lo detuvo con una sola mano, lo cogió de los pelos y, girando sobre sí mismo, lanzó a su homólogo lejos y cayó al suelo.

—Su madre es quien lo educó mal —respondió.

Levantándose y emplazando una mano en sus cabellos, el rey Vegeta prosiguió con sus preguntas:

—¿Afirmas haber sustituido a tu gente por una familia?

Casi enloqueciendo, ese Vegeta contraatacó, abalanzándose encima de su enemigo tal y como había hecho previamente. Pero el otro lo paró con suma facilidad, lo derribó al suelo rápidamente y lo placó con un pie.

—¡Eres un debilucho! Después de todo, tendré que darle las gracias a Freezer... Nada... no eres nada, solo un fantasma de lo que yo sería si me hubiese quedado en un miserable planeta que lleva mi nombre.

El Rey Vegeta se enojó interiormente. «¿Cómo es capaz de burlarse del "miserable planeta" que lleva su nombre? ¡Su nombre fue escogido deliberadamente para el planeta! ¿¡De verdad que ha renegado de su título de Rey de los Saiyanos!?»

—O como aquel de ahí abajo —prosiguió Vegeta—, es lo que yo sería si no hubiese encontrado la paz en la Tierra.

—Hey, Vegeta —dijo Raditz en el espacio 13—. Parece que tu alter-ego del universo 18 te está mirando.

—¿De qué podrías tú hablar con un alter-ego tuyo? —añadió Nappa.

—Seguramente me encuentran más elegante gracias a mi flamante armadura nueva —sonrió Vegeta del universo 13—. Y el otro se debe de haber dado cuenta de que la barba no le queda nada bien.

—Sabía que llevar barba como mi padre sería ridículo —continuó Vegeta del 18 mirando al "rey" como si hubiera escuchado lo que acababa de decir su homólogo del universo 13—. Tú me lo confirmas.

—Pero las apariencias no lo es todo —dijo el barbudo adoptando una postura que el otro Vegeta conocía a la perfección aunque hacía muchos años que no había puesto en práctica.

—El Garlick Gun, ¿eh? —dijo simplemente Vegeta del 18—. Vamos, intenta ponerme contra las cuerdas si puedes.

—Dime: ¿cuáles son tus aspiraciones si no te dedicas a reinar?

—Sobrepasar mis límites... y... luchar contra un viejo amigo.

El Rey Vegeta, insatisfecho con esa respuesta, no se hizo de rogar más. Después de unos segundos concentrando su fuerza, gritó el nombre de la técnica y efectuó el ataque. En contraposición, Vegeta lo paró con una sola mano y sin pestañear. Su mano no tenía ninguna señal, ninguna rascada, nada de nada.







—¿Esto es todo? Eres un debilucho...

—¡Hablas demasiado... y no tienes cola! ¡Ja, ja!

El Rey hizo aparecer una bola luminosa en la palma de su mano tan pronto como la técnica Garlick Gun se desvaneció.

—¡Cerrad los ojos! —vociferó el antiguo Rey Vegeta a su gente en el espacio 10 al ver esa técnica—. ¡Que nadie mire al cielo! ¡Sino ni cabremos en el estadio!

—¡¡¡Transfórmate... en luna llena!!! —gritó entonces el Rey Vegeta lanzando bien alto esa bola de energía en el cielo estrellado.

—Raditz, Nappa... —dijo calmadamente Vegeta del universo 13 mirando a sus acólitos.

—Entendido —respondió el hombre de la melena tapándose los ojos con una mano.

Riendo, Vegeta del universo 10 comenzó su metamorfosis. Su adversario restaba impasible. Simplemente, contemplaba el espectáculo con los brazos cruzados. El Rey se agrandó en un periquete. Su cabello se estiró; su boca y su nariz se extendieron y se convirtieron en un morro; y su ropa se hizo pedazos en un abrir y cerrar de ojos. Curiosamente, su barba desapareció. Cuando hubo acabado su transformación llegando a su tamaño máximo, emitió un rugido de Oozaru. La escena era divertida porque de lejos parecía un mono gigante de circo encima de una pelota...

—¡Nadie puede vencer al Rey de los Saiyanos! —gritó el Oozaru Vegeta golpeándose el pecho con los puños.



Seguidamente, atacó con un puntapié como si estuviera jugando con un balón. Pero Vegeta del 18 lo esquivó efectuando un salto lateral. El Oozaru continuó con los puntapiés, pero no llegaba a alcanzarlo. Intentó aplastarlo... pero su adversario, solo alzando el brazo, salió indemne.

—¿Cómo puedes sostenerme con tanta facilidad?

Vegeta del 18 lo impulsó con la fuerza suficiente para que el simio gigante se desplomara de espaldas, ya que la gravedad del ring no era suficiente para tumbar un cuerpo tan pesado con el de un Oozaru.

Intentándose levantar con dificultades, el Rey Vegeta hizo un bote de una alzada considerable para aterrizar de nuevo en el ring. Pero el otro Vegeta, otra vez con los brazos cruzados, atacó inmediatamente con una patada dirigida al vientre del Oozaru, quien escupió de dolor y provocando que jadeara.







—La broma ya ha durado demasiado —dijo Vegeta percatándose de que su rival ya no tenía nada que pelar...

Pero nunca hay que vender la piel del oso antes de cazarlo. El Oozaru volvió a saltar, fingiendo que se había recuperado y de su garganta salió disparada una gran ráfaga de energía que se dirigía a su rival situado en el ring. Vegeta, simplemente, extendió un brazo y disparó un rayo de energía. Ambos rayos colidieron y causaron una explosión. Pero el rayo de Vegeta del universo 18 siguió su curso natural como si nada dirigiéndose hacia el Oozaru y empujándolo contra la luna artificial, que acabó perforada. Su trayecto finalizó con una pequeña explosión.

Vegeta voló por los aires para recoger el cuerpo humanizado de su alter-ego con la finalidad de llevarlo al espacio 10, donde todos los Saiyanos aún seguían con los ojos cerrados.

—Puedes abrir los ojos —dijo Vegeta del universo 18 a su padre de otro universo.

El antiguo rey abrió los ojos y se encontró a su hijo desnudo situado en el muro y a su hijo de otro universo delante de él, con los brazos cruzados y sosteniéndole una mirada durante unos segundos antes de darle la espalda. Vegeta había conseguido destruir su propia versión primitiva.

—¡Vegeta del universo 18, vencedor! —vociferó uno de los presentadores con su micrófono mientras el rival de Goku se ponía a calcular cuándo se enfrentaría a Kakarotto...



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