martes, 7 de junio de 2016

DRAGON BALL MULTIVERSE NOVELA 07

Autor: Salagir, Gogeta JR, Asura.
Web: Dragon Ball Multiverse



Piccolo, tan observador como de costumbre, se fijó en los espacios aún vacíos y comentó:

—Este es nuestro puesto, el decimoctavo universo. Seguramente el torneo comenzará cuando se llenen los otros espacios de nuestra derecha.

A su lado, Gohan, completó:

—Entonces los otros diecisiete espacios restantes de nuestra izquierda deben de ser competidores...

Se detuvo en seco. Había sido el primero en mirar hacia la izquierda y quedó anonadado:

—Mirad... ese es...

Goku, que permanecía a su lado, y Vegeta, que estaba situado ligeramente más atrás, se giraron:

—¡Cell!



Goku estaba tan sorprendido como su hijo. La idea de universos alternativos era confusa y no se había podido imaginar que tal cosa pudiese suceder. ¡Pero resultaba que Cell estaba ahí!

—Vosotros otra vez... —dejó escapar la criatura verde, no muy contenta de ver a Goku y al resto.

«Me encuentro rodeado por dos Son Gohan... —pensó el ser verde, fruto del genio maquiavélico Dr. Gero.»

Ese Cell era idéntico al que conocieron en el universo 18 durante los Juegos de Cellen su forma perfecta. Estaba situado en medio de su espacio, de pie y con los brazos cruzados. Esperaba pacientemente. Desde su perspectiva, nuestros héroes no pudieron ver un pequeño Cell Junior azul de pie entre sus piernas, excepto Piccolo, el único suficientemente alto para entrever una parte de su cabeza.

—Nos conoce —dijo—. Seguramente nos mató en su universo, y ahora, allí es el más fuerte.

—Quizás tengas razón —respondió Goku—. Pero no se refiere a él. Mira allí... —siguió, designando con el dedo el espacio del universo 16—. Somos nosotros.

En efecto, detrás de Cell, que no se movía ni una sola pulgada, Goku pudo ver a Son Gohan charlando con Piccolo, a Goten y a Trunks un poco más alejados hablando alegremente, a Videl de espaldas a Cell y delante de Bra, quien estaba apoyada contra el arco de la puerta.

—Ven y veamos los otros grupos —propuso Trunks, saltando el murito que delimitaba el espacio del universo 18.

Goten lo siguió de inmediato. Atrapó a su amigo fácilmente, quien se había detenido tres metros más adelante, dejando ir un suave "oh"...

Había visto a su padre.

O, al menos, a su alter-ego del universo 13. Vestido con una túnica azul, una armadura blanca con unas hombreras doradas, así como una capa roja, estaba acompañado de un coloso situado a su derecha. Calvo, vistiendo el mismo tipo de armadura que Vegeta pero con unos pantalones negros en lugar de una túnica azul, parecía reír por debajo de la nariz. Detrás de él había otro individuo de media altura con una larga melena negra que llegaba hasta la parte de abajo de su espalda, el mismo tipo de armadura y cara de pocos amigos. Parecía que no prestaba atención a los comentarios infantiles de su compañero de delante de él. Respecto al último guerrero del grupo... era Goku. Pero su mirada revelaba su auténtica naturaleza. De hecho, era Kakarotto, tal y como Goku hubiera llegado a ser si no se hubiera dado el golpe en la cabeza cuando era un crío.



Vegeta del universo 13 parecía mirar hacia su izquierda con cara de pocos amigos. Trunks y Goten buscaron lo que observaba, y no tardaron mucho en encontrarlo. En el espacio del universo 12 no vieron a nadie, pues seguramente sus guerreros se encontraban en el interior. En el universo 11 solo estaba presente Dabra, el universo 10 constaba de una veintena seres y el universo 9 también estaba vacío. Pero en el universo 8... ¡Freezer!

Estaba en su forma final pero resaltaban los grandes músculos que podía desplegar. Tampoco tenía su mitad cibernética. Trunks y Goten lo reconocieron fácilmente: un día, Bulma les mostró imágenes de él que había recuperado cuando reparó a A-16. Su memoria contenía, efectivamente, todas las imágenes del robot espía del Dr. Gero, incluidas las imágenes de Mecha Freezer cuando llegó a la Tierra.

Freezer, con rostro perspicaz, miraba hacia el grupo formado por los cuatrosaiyanos. Sin lugar a dudas, él mismo había matado a Vegeta en su universo.

—Hay monstruos con los que lucharon nuestros padres en el pasado —dijo Trunks al ver a Bojack en el espacio del universo 6.

—¡Mira! ¡Majin Bu!

El demonio rosa, gordo, inocente y con cara de bebé, acababa de salir del interior del espacio del universo 11 para unirse a Dabra. Estaba acompañado por el mago Babidi, tan feo y arrugado como siempre.







—Me trae muchos recuerdos... —dijo Trunks al verlos.

—¡Qué buena oportunidad! ¡Al fin Gotenks apaleará a Bu!

—No parece muy fuerte —dijo Trunks.

—¡Sí, nosotros somos más fuertes y ya no somos niños!

—¡Lo patearemos!

Detrás de los dos amigos, los ojos de Vegeta se posaron durante un instante en el universo 10. A pesar de la distancia se encontró a sí mismo... otra vez. Aunque llevaba barba, se reconoció fácilmente por el peinado. Justo detrás de él estaba su padre, el Rey Vegeta. Cabello gris, espalda curvada... parecía un hombre mayor.

—¿Qué has visto, papi? —preguntó Bra detrás de Vegeta.

—Nada.

Se alejó un poco... No era él mismo lo que le había preocupado realmente. En ese universo, los saiyanos vestían una ropa que los alejaba de ser tecnológicamente evolucionados. ¡Simplemente eran pieles de animal! Sus ropas eran todas marrones, algunas más oscuras que otras. Todos esos saiyanos aún tenían cola, a diferencia del universo 13, en el cual Vegeta y Kakarotto ya no la tenían.

Tanto Gohan como Piccolo se percataron de que Vegeta estaba con la cabeza en otro lado y ambos miraron hacia el espacio del universo 10.

—Hay dos grupos —advirtió de nuevo Piccolo—. Siento la presencia de Nail y otros Namekianos detrás de ellos.

—Parece un universo sin Freezer —añadió Gohan—. Seguramente no sabrán transformarse en Super Saiyanos.

De repente, Trunks tuvo una revelación:

—¡Él es... mi abuelo! Entonces...

Trunks lanzó una mirada a Goten. Él también captó algo.

—El mio... ¡debe de estar ahí también! Vamos.

Cuando los dos amigos corrían hacia el espacio del universo 10, a duras penas escucharon que Gohan les dijo:

—¿Vais a hablar con ellos? Buena suerte.

Al contrario de esos chavales, Son Gohan había vivido en primera persona la brutalidad de los Saiyanos de sangre pura, quienes no tenían nada qué ver con la versión pacífica de Vegeta. Recordaba perfectamente la crueldad y violencia de esos seres, a quienes no les importaba machacar a los miembros de su propia familia...

Gohan se giró hacia Bra:

—¿Y tú, qué, Bra? ¿No quieres ir con tu hermano y Goten?

La jovencita adquirió un aire altivo:

—¿Eh? ¿Has visto qué pintas llevan? ¡No me verás jamás tratar con esos piojosos!

—Había olvidado lo exigente que eres sobre la vestimenta de los demás —suspiró Gohan.

Los dos semisaiyanos del universo 18 pasaron cerca del universo de Freezer, pero por culpa de todo el jaleo del público no pudieron escuchar la conversación.

Freezer remugó:

—Saiyaaaaanos otra vez.

—Parece que estamos desaparecidos en muchos universos —dijo su padre con los brazos cruzados al igual que su hijo—. Esa basura debería ser eliminada de todas partes.

El padre de Freezer era el Rey Cold. Vestía una capa que denotaba soberanía. También llevaba una armadura, al contrario que su hijo. Cold también era reconocible por su altura y por los cuernos en la cabeza, los mismos que Freezer en su primera o segunda forma.

—Todo esto cambiará —aseguró un ser lila, cuya pechera y parte superior de la cabeza era blanca. Su talla era comparable a la de Freezer y visiblemente era de la misma familia.

—¿A qué te refieres, Cooler? —preguntó Freezer sin mirarlo.

—Ahora que encontramos a los Namekianos que hacen un torneo y nos conceden deseos sin ser masacrados... No vamos a dejar pasar esta oportunidad.

Cold, con un aire jocoso y cruel, dijo:

—Y todos los universos serán nuestros. Veo que hemos tenido la misma idea, hijo mío. Je, je, je.

Freezer estaba un poco más preocupado:

—Esperemos que ninguno de ellos sea el Saiyano Legendario.

Siempre había temido al Saiyano de la leyenda... y ese miedo le había conducido a destruir el Planeta Vegeta en diferentes universos... No obstante, los planes comenzaban a prepararse en las mentes de los miembros de esa familia de tiranos que sonreían sádicamente...







En las cercanías del espacio del universo 10... Trunks gritó felizmente:

—¡Hey! ¡El rey! ¿Puedo hablar con él?

—¿Quién se atreve a llamarme de esa manera? —se quejó Vegeta detrás de su barba.

—¡No, a ti no, estúpido! ¡Tu padre!

—¿Qué? —gritó el Rey—. ¿¡Me has insultado, mocoso!?

—Hey, calma viejo —dijo Trunks a la defensiva, siendo igual de hiriente—. En mi dimensión tú eres el príncipe de los saiyanos. ¿Dónde está tu padre?

—Hum. No me interesa nada de tu universo... Ahí está mi padre, el anterior Rey Vegeta —respondió después de tomarse dos segundos para recuperar la calma, señalando con el pulgar a un hombre viejo detrás de él.







El viejo exrey de Vegeta se acercó a Trunks y a Goten puramente por curiosidad.

—¡Vaya! —hizo Goten—. ¡A pesar de la edad os parecéis mucho! —se apresuró a añadir.

—Dime, ¿eres rico? Yo dirijo la compañía más importante de mi planeta —declaró Trunks.

—¿Tienes un palacio? —preguntó Goten.

—¿Es grande? —incidió Trunks.

—¿Cuántos años tienes?

—¡Hum! —se burló el viejo Rey Vegeta, siendo bombardeado por tantas preguntas.

—Hey, chicos —intervino uno de los Saiyanos a su lado—. ¡Tranquilizaos! ¡Ya no es tan joven!

El antiguo Rey Vegeta empezó a toser... tan fuerte y tan repentinamente que el que lo estaba defendiendo sintió vergüenza ajena y se quedó a su lado por si eso le reconfortaba.

En el universo 18, Gohan y Piccolo vigilaban, de algún modo, a los dos jóvenessemisaiyanos cuando Gohan tuvo una idea. Fue a transmitírsela a su padre:

—Papá... ¿no quieres conocer a tu padre?

Esto cogió desprevenido a Goku:

—No lo sé... No es un padre para mí. No lo conozco.

—Quizás él quiere conocerte.

—Tampoco sabría qué decirle.

—Qué complicado... —protestó Piccolo.

Éste, con la finalidad de charlar con el grupo de namekianos, empezó a levitar lentamente por los aires hacia al espacio del universo 10, donde voló por encima de lossaiyanos primitivos, quienes se preguntaron qué estaba haciendo.

—Hola Nail —le dijo al más fuerte de los guerreros namekianos poniendo un pie en el suelo.

—¿Eres de un grupo nuevo?

—Un consejo —dijo inmediatamente Piccolo, ignorando la pregunta retórica de Nail y mirando hacia atrás—, tened cuidado con estos saiyanos. En nuestro universo se dedicaban a destruir planetas.

—No te preocupes por ahora —respondió el guerrero que se había fusionado con Piccolo en el universo 18 en Namek, treinta años atrás—. Ellos no tienen tecnología espacial.

—Pero... —comenzó diciendo Piccolo, sorprendido—. ¿No existe Freezer en vuestro mundo?

—¿Freezer? —dijo Nail echando un ojo al universo 8—. Oímos algo sobre él cuando viajábamos por el espacio al huir de un cataclismo en nuestro planeta. No debes preocuparte, toda su familia que vemos allí, fue eliminada por un tal Kaio Shin.

—¿Kaio Shin...?

—El más pequeño de los dioses que vemos allí, en espacio del universo número 1 —dijo Nail, señalando con un dedo a los cinco dioses del universo de los organizadores.

Esos dioses eran fácilmente reconocibles. Lo que más impresionaba a primera vista eran sus peinados, todos similares entre ellos: erizados con una especie de cresta encima del cráneo. Únicamente el cabello de la Diosa era ligeramente más espeso, pues descendía hasta más abajo de los omóplatos. Todos llevaban pendientes en las orejas y el mismo tipo de túnica.

El pequeño mostachoso, el más veterano de los Dioses, tenía un mechón que le caía hasta casi la frente. Se le reconocía fácilmente gracias a eso, pero en su universo era más bien conocido por ser el único que llevaba bigote.

Entre el viejo Kaio Shin del Norte y la chica, la diosa del Oeste, se encontraba el más corpulento de los Dioses: el dios del sur. Era dos veces más alto que el Varga que hablaba con ellos. Era imponente y su cuerpo era ideal para combatir.

En contraposición a ese coloso de la naturaleza, el Gran Kaio Shin era mucho más bajito y rechoncho, y sus brazos tenían la mitad de volumen que los del dios del sur. Además, tampoco vestía la misma túnica que el resto. Se podía llegar incluso a pensar que fue adaptada para que fuera más cómoda. Llevaba una chaqueta corta por encima de su ropa fina y flexible.

Finalmente, el más pequeño de los dioses tenía la piel azul. Parecía el más joven, pero no el más fuerte. Fue él quien venció a Freezer. Piccolo recordó que, durante la aparición de Bu, acabó percatándose de que ese Kaio Shin no era tan fuerte en comparación a él y a sus amigos... Comenzó a imaginarse cómo se habría desarrollado la lucha contra el tirano del universo...







—Debería de ir a hablar con ellos... —dijo Piccolo a su viejo "amigo".

—Tengo la sensación que estoy en ti... ¿cómo te llamas? —le pregunto muy interesado Nail.

—Piccolo. Te enfrentaste a Freezer en mi universo y te encontré cuando estabas a punto de morir. Decidiste fusionarte conmigo para poder combatir contra Freezer... durante un breve momento...

—Ahora lo entiendo... —dijo Nail, sonriendo—. Eso explica el porqué de tu poder...

Mientras Trunks seguía bombardeando con preguntas al Rey Vegeta, Goten preguntó a otro de los guerreros:

—Perdón, estoy buscando a un tipo de los vuestros. ¡Él es el padre de... emmm, Kakarotto! —dijo, esforzándose para recordar el nombre Saiyano de su padre.

—¿Kakarotto...? Nunca lo he oído —respondió el saiyano "primitivo"





Apartando suavemente a una chica, luego apartando despacio al Saiyano que había respondido a Goten, un hombre de buena musculatura, una cicatriz en la mejilla derecha y otra en el pecho, afirmó:

—Tuve un hijo llamado Kakarotto. Pero ahora está muerto.

—Waaah... Con solo ver tu cara... puedo asegurar que eres tú —reaccionó Goten al verlo con los puños cerrados, ante él, realmente feliz de esa enorme revelación. En cuanto al Saiyano, no comprendía nada:

—Mi... ¿qué?

—¿Está muy lejos tu mujer? —preguntó Goten—. ¿Puedo haceros una foto juntos, conmigo en medio?

—¿Qué es una “foto”?

—¿Has traído una cámara, Goten? —preguntó Trunks con picardía.

—Ah... emm... no... ¡Mierda!

—¿Quiénes sois? —preguntó Bardock.

—Somos vuestros descendientes —dijo Trunks—. Soy el nieto del Rey Vegeta.

—Y yo soy tu nieto —precisó Goten.

El Rey Vegeta reaccionó:

—Entonces, vosotros, niñatos, ¿sois nuestros descendientes en otro universo?

—¡Sí! —respondieron ambos al unísono.

—Mira —dijo Trunks mientras sacaba una de las pocas fotos de familia que tenía en su cartera—. Ésta es mi casa, mi madre, mi hermana y mi padre, que está enfurruñado porque no le gustan las fotos. En fin, date cuenta de que quedas mejor sin esa barba ridícula...

—¿Me seguís insultando? ¡Te arrepentirás de haber nacido!

El Rey Vegeta remugó interiormente. ¿Aunque fueran de otro universo, habría permitido que esos niñatos fueran tan maleducados? Debía de ser normal porque, después de todo, eran unos "bastardos".

—¡Qué vergüenza! No sois saiyanos de verdad —les soltó.

Ese comentario de Vegeta les resultaba familiar a ambos jóvenes y a Piccolo. Ese carácter les recordaba al Vegeta de hacía veinte años.

—¡Oh, por favor! —respondió Trunks—. Cualquiera de nosotros puede barreros a todos juntos.

—¡Sí! ¡Abandonad! —agregó Goten.

Delante de los dos híbridos, los "primitivos" se preguntaban si esos críos estaban bromeando... o si de verdad eran tan fuertes. En cualquier caso, estaban muy lejos de saber que existían varios niveles de saiyano.





No hay comentarios:

Publicar un comentario